Descubriendo "Nima", la nueva obra de Enrique Fernández
Project Update: Nima
Enrique Fernández es guionista, animador, ilustrador y, por encima de todo, un enorme autor de cómic. Nacido en L’Hospitalet (Barcelona) en 1975, ha llenado de monigotes todo papel que ha encontrado al alcance de sus manos desde su más tierna infancia. Ya en la universidad, estudiando Bellas Artes, vislumbraría que no sería allí donde aprendería el oficio de dibujante.
Así fue cuando en 1995, bajo el impacto que le producen la humanidad y expresividad de los personajes de las películas de animación del momento, se sumerge en un curso de técnicas de animación. Poco después, empezaría a colaborar en la división de dibujos animados de Filmax. Fue en esa productora donde realizó los storyboards de los largometrajes El Cid, la leyenda (José Pozo, 2003) y Nocturna, una aventura mágica (Adrià García y Víctor Maldonado, 2007), ambas galardonados con sendos Premios Goya a la Mejor Película de Animación.
En el año 2004, buscando una mayor independencia creativa, vuelve al cómic, medio en el que había participado en algunos concursos cuando era un adolescente. Su primera incursión en el mundo de la historieta en forma de álbum, Libertadores, lo edita Glénat en 2004; una historia de fantasía en la que ya evidencia su dominio del color y su espectacular trazo gráfico. Seguidamente, le llega el encargo desde Francia de dibujar los tres álbumes de El Mago de Oz (Le Magicien d'Oz, Delcourt, 2005-2006). La adaptación de este clásico de la literatura juvenil cuenta con un guión de David Chauvel, autor con el que entabla una relación de gran complicidad; esta obra fue publicada en España en un único tomo por parte de Glénat en 2006. En 2008 colabora en el álbum Sky Doll Lacrima Christi Collection, con guión de Barbara Canepa (Soleil, 2008; publicado en Eapaña por Norma Editorial en 2010).
Su obra empieza a ser valorada y admirada en Francia y en los países anglosajones. A partir de entonces, y ya con sus propios guiones, publica para el mercado francés un vibrante cómic de fantasía y ciencia ficción, La Mère des Victoires (Delcourt, 2008). A esta obra le seguirán, realizadas también para la industria franco-belga L’île sans sourire (Drugstore, 2009; edición española: La isla sin sonrisa, Glénat, 2009), Aurore (Soleil, 2011; edición española: Aurore, Norma Editorial, 2012) y los dos álbumes de la serie Les contes de l’ère du Cobra (Glénat, 2012: edición española: Los cuentos de la era de Cobra, Norma Editorial, 2013). En 2010 publicó una historieta en el libro colectivo Barcelona TM (Norma Editorial).
Con estos trabajos, Enrique Fernández evidencia su espectacular tratamiento del color y su muy personal trazo, pero también su habilidad como narrador de historias.
Intentando mejorar la distribución de su obra y el contacto con sus lectores, inicia un proyecto de micromecenazgo en el año 2013, Brigada. Con esta serie de dos álbumes de fantasía épica logra un hito en el terreno del crowdfunding en España. Brigada (publicada con el sello Ame Ediciones en 2013 y 2015) consigue recaudar una cantidad económica inédita hasta ese momento en la autofinanciación de libros de cómic.
Enrique Fernández ha sido nominado en la categoría de Mejor Dibujo en el Salón del Cómic de Barcelona (2010), y ha obtenido la medalla de plata del Premio Internacional de Manga, otorgado por el Gobierno japonés (2011).
El porqué de su nueva obra en Spaceman Project
¿Por qué un creador como Enrique Fernández ha elegido trabajar con el sistema de crowdfunding? Las razones son varias. Dejemos que sea el propio autor quien nos lo cuente: “después de unos cuantos años creando comics por la vía `tradicional´, me encontraba con varios factores que me desmotivaban, tanto personales como profesionales, y que me hicieron ver como obsoleto trabajar para ese medio. Por un lado tenía que trabajar con un ritmo constante de producción que no permitía fallos, sacando un álbum al año, algo que resulta extenuante cuando debes combinarlo con encargos paralelos, que por lo general son mucho más rentables”.
En efecto, producir un libro de cómics es tarea larga y compleja, y exige un esfuerzo continuado y metódico por parte del creador. Pero hay más: “por otro lado, veía que a pesar de que algunos editores extranjeros se interesaban por mi trabajo, y así me lo hacían saber directamente, esas ediciones extranjeras no prosperaban tras negociar con la editorial que poseía los derechos. Tampoco me agradaba el tener tanto material extra de cada proyecto que nunca podría compartir con mis lectores. Se trata de un material que enriquece la obra y en el que invierto muchas horas de trabajo”.
La realidad es que el sistema tradicional supone unos cuantos quebraderos de cabeza, como especifica Enrique: “Realizar un cómic por la vía en que lo estaba haciendo conlleva dedicar mucho tiempo, con poca compensación económica, con nulo control sobre la obra, poca difusión y con escasas posibilidades de opinar sobre cómo darlo a conocer. Un número de personas interesadas relativamente bajo es suficiente para apoyar un proyecto diferente con mucha más difusión, más beneficio para autores y lectores, y con un material mucho más interesante y exclusivo”.
Así, Enrique descubrió el crowdfunding “y empecé a considerarlo como una alternativa eficiente para financiar la autoedición”. Claro que había un pequeño dilema: “El único inconveniente era que debía comprender y gestionar muchos aspectos del mundo editorial que me eran ajenos. Mi primera experiencia es ese sentido [Brigada] me ha demostrado que puede hacerse todo de manera relativamente sencilla con un poco de interés y esfuerzo extra, pero que a pesar de esa dedicación hay temas que para una sola persona es muy complicado gestionar”.
De ahí la elección de esta nueva plataforma: “la alternativa que ofrece Spaceman Project cubre lo mejor de las dos vías, ofreciendo una mayor difusión y control de la obra, con formatos atractivos para el lector, mayor beneficio y comodidad para el autor y la garantía de un equipo profesional para la gestión de los aspectos técnicos”.
Nima, una ninfa contra las reglas establecidas
Con Nima, su nuevo proyecto para Spaceman Project, Enrique nos introduce en un universo nuevo y atrayente, un escenario marcado por sus propias normas que el lector irá descubriendo con el tiempo.
Pero ¿de dónde surge una obra como esta? De nuevo, el propio Enrique responde: “Dejé Barcelona para vivir con mi familia en la Garrotxa, una zona de Cataluña con unos paisajes impresionantes, de una naturaleza muy viva y exuberante. ¡Llena de rincones donde dejar que las musas te susurren al oído! Intento empezar cada día dando un paseo por la montaña, y siempre hay algo atractivo que estimula la imaginación, ya sea un paisaje o un pequeño detalle. Buena parte de lo que es Nima viene de ese sentirme acogido y estimulado por el entorno natural”. Y es que la atmósfera fantástica de un bosque es el marco elegido para descubrir el mundo en que vive la joven ninfa Nima.
Pero, ¿quién es Nima?: “Es una joven ninfa que vive en la profundidad de los bosques. En la naturaleza de las ninfas está su incapacidad de engendrar hijos varones. Como especie, sólo logran subsistir seduciendo a un humano, yaciendo con él y seguidamente haciéndolo desaparecer. Esta es la tradición de las ninfas pero, ¿qué sucede cuando una de ellas descubre, en su primer contacto con un humano, que este no es como le habían explicado que eran los hombres?” Por tanto, la protagonista del nuevo proyecto de Enrique “tiene dudas” con respecto a “hacer desaparecer” al humano, como señala Enrique: “las emociones, los sentimientos, el replanteamiento de las obligaciones de Nima, las mostraré en esta historia de amor imposible. Me interesa este dilema, plenamente humano, entre lo que siente el corazón y el deber. El enfrentamiento entre lo que es natural y lo que dicta la tradición, el contraste entre lo que es el mundo de los sentimientos y el imperio de las normas que son obsoletas es el principal leitmotiv de esta aventura de ambiente exótico y fantástico”.
Con Nima, Enrique regresa a la temática de, como él mismo señala, “cuentos fantásticos, de personajes que descubren pequeños mundos ocultos, y las consecuencias que conllevan esos descubrimientos”. La idea más atrayente para este creador es la de “confrontar dos personajes, el chico que ama la naturaleza y la ninfa que es la esencia salvaje de la misma. En este choque, él representa la ingenuidad de los que nos adentramos en el bosque buscando una fantasía idealizada, y ella la realidad más primitiva, la que vive de forma salvaje en que el principio básico es la subsistencia y la perpetuación de su especie”.
A Enrique le gusta “crear y utilizar personajes vinculados de forma directa con la naturaleza o con un mundo más espiritual, incluso místico. No los considero una temática por sí mismos, más bien es el medio que me permite explicar historias”. De hecho, y es Enrique quien matiza: “Es una trama que forma parte de la esencia de los cuentos tradicionales, y que me ayuda a expresar ciertos conceptos creo que de la forma más interesante. Me resulta más convincente un personaje fantástico para explicar vínculos con una tradición ancestral inventada. Me hace sentir que ese personaje me habla de una realidad que, a pesar de que yo no la conozca, para él es una realidad viva en el tiempo presente”.
Sepamos ahora cuáles son los referentes del autor para esta historia: “En cuanto al tono, me encantaría conseguir las mismas sensaciones que me producen obras como Preciosa Oscuridad de Vehlmann y Kerascoet, o el punto de humor de Sócrates el semi-perro de Sfar y Christophe Blain. Isaac el Pirata, también de Blain, o Los 3 frutos de Zidrou y Oriol Hernández...” La finalidad esencial para Nima es “conseguir ese tono envolvente de cuento y de aventura fantástica”.
Sobre la técnica que Enrique está utilizando para Nima, el autor apunta que “uno de mis objetivos con este libro es disfrutar realizando las páginas a mano, pintándolas con gouache. No quiero ni pretendo ser purista al cien por cien, me supone demasiada presión el realizar las páginas sin la red de seguridad que me ofrece la pintura digital, pero intento que haya el mínimo retoque posible del material físico. Quiero disfrutar de la espontaneidad y de los trazos inacabados, para darle más frescura a todo el conjunto”. Y es que Enrique es uno de esos autores que “para cada libro, busco una técnica diferente, es otro de los estímulos que me motivan a la hora de contar historias y buscar que tengan una personalidad propia”.
Con Nima, Enrique Fernández se toma un respiro antes de concluir su trilogía de álbumes Brigada. Con esta nueva obra, el autor catalán consigue un máximo de expresividad y belleza en el dibujo. Su habilidad narrativa, su espectacular destreza en el uso creativo del color y su original utilización de la luz y las sombras se perciben en cada una de las viñetas. Con su madurez creativa consigue, desde la primera página de este álbum, que entremos en su universo subyugante del que ya no querremos salir.
Su paso por el mundo de la animación le caracteriza técnicamente como uno de los mejores dibujantes de su generación. Nima es una nueva muestra de su capacidad para lograr una obra de entretenimiento de la máxima calidad.
Ver el proyecto Nima, de Enrique Fernández
(Artículo realizado por Jordi Riera y Antoni Guiral)