NOSFERATU: El origen del proyecto
Actualisation du projet Nosferatu
Así empezó todo.
Vi Nosferatu con 9 o 10 años. La versión de Herzog. Fue la experiencia más terrorífica que había vivido en un cine. La semilla quedo plantada.
Años después, cuando descubrí que era una adaptación de un film alemán, mudo y de culto, no me detuve hasta que pude verla. Las raíces crecieron y se hicieron fuertes.
Hace un par de años, cuando por fin me decidí a adaptar esta maravilla de película y tuve claro en mente la atmósfera que quería conseguir, comencé con las pruebas buscando un acabado gráfico nuevo que pudiera transmitir las sensaciones que me causo Nosferatu.
Lo que os muestro es el proceso que seguí hasta dar con ello.
Comencé, como era de esperar, diseñando a nuestro monstruo protagonista.
Un simple encaje a lápiz que, como pasa cuando tienes una idea muy clara de lo que quieres, surgió sobre el papel de manera natural, orgánica, concreta, sin necesidad de buscar mucho más. Ya estaba aquí.
Tras escanear el dibujo, inicié el proceso de "entintado", concretando el dibujo y dejándolo listo para el siguiente paso. También empecé a jugar con las texturas que quería aplicar a la imagen.
El siguiente paso fue el trabajo de grises, iluminación y volumen. Y, con la magia que caracteriza a esto del dibujo, apareció ante mi lo que me había corrido por dentro desde niño. El proceso funcionaba. La atmósfera era esa. Lo tenía.
Estuve dándole vueltas un tiempo a si era conveniente aplicar color o dejarlo en grises. Finalmente me decidí a hacer una prueba y me gusto el resultado. Era más suave, quizá, pero aportaba cosas que enriquecían el conjunto. Por suerte, Spaceman me dio la opción de publicar las dos versiones, así que no hay dilema. Me gustan las dos, que cada uno se deje llevar por la impresión que le causo, de niño o adulto, la primera vez que vieron a Nosferatu.
Diego Olmos