STEVE ENGLEHART
Tras iniciar su carrera en los célebres cómics de terror de Warren, Steve Englehart empezó a llamar la atención en Marvel Comics gracias a sus aplaudidas etapas en Dr. Strange y The Avengers. Decidido a abandonar los tebeos tras unas desavenencias con dicha editorial, recaló en DC durante apenas un año de historias que dejó escritas antes de irse de vacaciones. Sus etapas en Justice League of America y, sobre todo, Detective Comics, causaron sensación entre los lectores. En los años ochenta, regresó a Marvel para escribir las andanzas de una rama de los Vengadores afincada en California, y también colaboró con DC en títulos como Green Lantern o Milenio, en ambos casos junto al dibujante Joe Staton. De esta última, uno de los eventos editoriales más recordados de la época, surgieron los Nuevos Guardianes, un loable intento de aportar diversidad al mundo del cómic de superhéroes. En 2005, se reencontró con Marshall Rogers, su cómplice en Detective Comics, en una miniserie titulada Batman: Detective Oscuro.
MARSHALL ROGERS
Marshall Rogers hizo realidad su sueño de dibujar cómics a mediados de los años setenta. Uno de sus primeros trabajos fueron unos complementos de Detective Comics que le abrieron las puertas de las historias principales a partir del número 471. En compañía de Steve Englehart, realizaría una de las etapas más recordadas de la historia de Batman, y no sería su última aportación a la misma. Con Len Wein, presentó a un nuevo Clayface mientras se ocupaba de otros proyectos, incluida una aventura de Madame Xanadú que, escrita por el propio Englehart, no vería la luz hasta años más tarde. En 1986, dibujó el origen del Batman de la Edad de Oro en el clásico Secret Origins núm. 6, escrito por Roy Thomas. Allí, volvería a colaborar con el entintador Terry Austin, el mismo con quien había trabajado en Detective Comics y con quien se reuniría en Batman: Detective Oscuro, que marcó el reencuentro de ambos con Englehart en 2005. Para entonces, Rogers ya había dibujado a casi todos los personajes importantes de DC, incluidos Green Lantern y la Liga de la Justicia.
LEN WEIN
Len Wein y su amigo Marv Wolfman empezaron su carrera como guionistas de cómics tras haber sido seguidores del medio toda la vida. El primer cómic de Wein fue Teen Titans núm. 18 (1968), al que siguieron todo tipo de encargos, desde The House of Secrets, donde cocreó a la Cosa del Pantano junto a Bernie Wrightson, hasta The Phantom Stranger o Justice League of America. Allí, Dick Dillin y él recuperaron a los Siete Soldados de la Victoria, unos héroes casi olvidados de la Edad de Oro. Al mismo tiempo, colaboró con Marvel y con el dibujante Dave Cockrum para revitalizar a los X-Men, a los que incorporó a personajes como Lobezno que él mismo había cocreado. A finales de la década de los setenta, Wein pasó a escribir las aventuras de Batman no solo en la serie regular Detective Comics, sino también en The Untold Legend of the Batman, una de las primeras series limitadas de la historia. Wein también fue editor de series fundamentales de DC Comics como Los Nuevos Titanes, Camelot 3000 o Watchmen, por citar apenas unos ejemplos.
MARV WOLFMAN
Gran lector de cómics desde la infancia, Marv Wolfman llegó a DC Comics en 1968 con un número de Blackhawk al que siguieron varios encargos antes de que se marchara a Marvel, donde escribió títulos como The Tomb of Dracula, Fantastic Four o The Amazing Spider-Man. A principios de los años ochenta, regresó a DC para convertirse en uno de los escritores más influyentes de la década. Se encargó de Action Comics, Green Lantern e incluso de Batman, donde escribió la primera aparición de un villano nuevo llamado Electrocutador. No obstante, su principal aportación fueron Los Nuevos Titanes, Crisis en Tierras Infinitas y la posterior Historia del Universo DC, todas en compañía de George Pérez. Terminada Crisis, siguió anclado a las aventuras de los Titanes durante muchos años y también contribuyó a la renovación del Hombre de Acero en Adventures of Superman, dibujada por Jerry Ordway. También lanzó derivados de Los Nuevos Titanes como Team Titans o Deathstroke the Exterminator, uno de los principales éxitos de la DC de principios de los noventa.
GERRY CONWAY
Aunque su primer trabajo como guionista profesional fuera The House of Secrets núm. 81 de DC Comics, los inicios de Gerry Conway se desarrollaron sobre todo en Marvel. Allí, escribió series como Daredevil o The Incredible Hulk, y en 1972, cuando apenas tenía 19 años, arrancó una aclamada etapa en The Amazing Spider-Man de la que surgieron el personaje llamado Punisher y la historia donde fallecía Gwen Stacy. A finales de la década de los setenta, regresó a DC, donde se encargó de la Sociedad de la Justicia de América en All-Star Comics, de Wonder Woman y también de Justice League of America, esta última durante casi ocho años. Tuvo ocasión de escribir la primera aparición de héroes como Firestorm o Vixen, que terminaría incorporando a la JLA durante la “etapa de Detroit”. De 1981 a 1983, fue el guionista oficial tanto de Batman como de Detective Comics. Acompañado por Don Newton y Gene Colan, narró el debut de Killer Croc y de Jason Todd, dos personajes fundamentales para el futuro de la franquicia.
DENNIS O’NEIL
Dennis O’Neil escribía artículos sobre cómics que llamaron la atención de Roy Thomas y de Marvel, donde debutó como guionista en varios números de X-Men. Posteriormente, se pasó a Charlton, donde colaboró con Dick Giordano, que se lo llevó a DC en 1968 sin saber que iba a convertirse en el guionista más influyente de los años setenta. No solo escribió Superman, Wonder Woman (durante la etapa en que Diana cambió sus poderes por las artes marciales) y Justice League of America, sino que también abordó la faceta más realista de los superhéroes en Green Lantern / Green Arrow: Héroes errantes, dibujada por Neal Adams. Este último fue su principal colaborador cuando devolvió a Batman a sus raíces más oscuras y detectivescas sin los adversarios de siempre y con amenazas nuevas como Ra’s al Ghul. A pesar de semejante currículo, el principal legado de O’Neil en la franquicia del Caballero Oscuro fueron los 15 años que pasó como editor de la misma. De 1986 a 2000, supervisó obras como Una muerte en la familia, La caída del Caballero Oscuro o Tierra de Nadie
DON NEWTON
Don Newton pasó sus primeros años enfermo y leyendo los cómics de Shazam, entonces conocido como Capitán Marvel, que publicaba Fawcett. Ya adulto, empezó a dibujar en fanzines con la esperanza de que le abrieran las puertas de Marvel o DC. Sin embargo, fue en Charlton donde comenzó su carrera profesional. Allí dibujó The Phantom y, ya en 1977, dio el salto a DC, donde se encargó de diversas aventuras de Aquaman, de una serie regular de los Nuevos Dioses cuando ya se había marchado Jack Kirby y, por supuesto, de su amado Shazam. No solo dibujó la serie regular de este, sino también las posteriores historias de complemento que vieron la luz en World’s Finest Comics y Adventure Comics. Mientras también hacía encargos puntuales para Marvel, se convirtió en uno de los artistas más influyentes de Batman de finales de los setenta y principios de los ochenta. Dibujó la primera aparición de Maxi Zeus y también la muerte de la Batwoman original. Su última aportación a la editorial fueron dos entregas de Infinity Inc. que realizó poco antes de morir a los 49 años en 1984.
GENE COLAN
Parecía que Gene Colan hubiera nacido para dibujar a Batman. Al fin y al cabo, hay pocos autores que hayan entendido tan bien el uso de las sombras y los negros. Empezó su carrera en 1944, en plena Edad de Oro, con varios encargos para Fiction House, Timely Comics (la futura Marvel) y DC, donde realizó diversas historias de corte bélico. No obstante, el estrellato no llegó hasta los años sesenta y setenta, cuando se ocupó de cómics de Marvel como Captain America, Iron Man o, sobre todo, The Tomb of Dracula. También creó a ese curioso personaje conocido como Howard el Pato. En 1981, regresó a DC para quedarse una temporada. Renovó la imagen y las aventuras de Wonder Woman en compañía de Roy Thomas y también dibujó numerosas historias de Batman y Detective Comics de 1981 a 1986 escritas sobre todo por Gerry Conway y Doug Moench. También se ocupó de Night Force, título donde encajaba a la perfección, y de las andanzas de personajes como el Espectro o Jemm, hijo de Saturno.
IRV NOVICK
Irv Novick empezó a dibujar para MLJ Comics, futura Archie Comics, en 1939, cuatro años antes de enrolarse en el ejército estadounidense como tantos otros autores coetáneos. De vuelta, siguió haciendo cómics, muchos de ellos en compañía de Robert Kanigher. Este guionista y editor le terminaría abriendo las puertas de DC, para la que ilustró numerosos cómics bélicos y también el debut del Caballero Brillante en The Brave and the Bold núm. 1, escrito por el propio Kanigher. Aunque su estilo limpio y elegante llegara a títulos tan relevantes como Superman’s Girlfriend Lois Lane o The Flash, hoy en día se lo recuerda sobre todo por su paso por las aventuras de Batman durante los años setenta y ochenta, muchas de ellas escritas por Frank Robbins. Novick fue también el dibujante de la primera colección mensual del Joker, que contó con guiones de Dennis O’Neil. Además, en su currículo figura la primera aparición de Duela, la presunta hija del Príncipe Payaso del Crimen, en Batman Family núm. 6 (1976).
JOHN CALNAN
John Calnan dibujó los cómics del popular Llanero Solitario antes de centrarse en el mundo de la publicidad. Eso sí, nunca perdió de vista el Noveno Arte. Su primer encargo para DC llegó en 1966 con Our Fighting Forces, antología bélica que supondría el inicio de una larga colaboración con los editores Robert Kanigher y Joe Orlando, que contaron con él para títulos como The Witching Hour. En su currículo también figuran las aventuras de Metamorfo y, por supuesto, una extensa etapa en World’s Finest Comics, la serie que reunía a Superman y a Batman. Se marchó de esta en 1977 cuando se convirtió en dibujante regular de Batman, donde colaboró con varios guionistas para contar las primeras apariciones del Electrocutador y de nada menos que Lucius Fox, el fiel empleado de Bruce Wayne que tanta importancia terminaría teniendo en el futuro de la franquicia. Tras haber dibujado a otros héroes como Wonder Girl, Flash o la Legión de Superhéroes, dejó los cómics en 1982.
WALTER SIMONSON
Walter Simonson llegó a DC a principios de los años setenta para ocuparse de títulos tan dispares como Metal Men, Hercules Unbound o Detective Comics, donde dibujó los aclamados complementos de Manhunter escritos por Archie Goodwin y también de las dos primeras entregas de la etapa hoy conocida como Extrañas apariciones. No sería su última aportación a los cómics de Batman, ya que dibujaría la primera aparición del Hombre Calendario unos años después. A principios de los años ochenta, realizó junto a Chris Claremont el famoso cruce entre los Nuevos Titanes y los X-Men, una obra que le abrió las puertas de la serie regular The Mighty Thor en 1983. Escrita y dibujada por él mismo, sigue siendo una de las épocas capitales de las aventuras del Dios del Trueno en el cómic no solo por las historias, sino porque fue donde Simonson terminó de ratificarse como uno de los autores más interesantes de la historia. En su currículo también figura X-Factor, escrita por su esposa Louise, una guionista que también participó en La muerte de Superman.
JOSÉ LUIS GARCÍA-LÓPEZ
Nacido en Galicia y criado en Argentina, José Luis García-López empezó su carrera en Charlton antes de mudarse a Nueva York en 1974 para trabajar en DC Comics. Tras varios encargos como entintador, se ocupó de los lápices de un número de Detective Comics al que siguieron series como Hercules Unbound, por no mencionar diversas aventuras de Batman y Superman que vieron la luz en Detective Comics o DC Comics Presents, por ejemplo. Gran ilustrador y portadista, fue el encargado del libro de estilo que la editorial enviaba a sus autores como referencia. Su currículo de aquella época también incluye obras como Atari Force, Deadman o el cruce entre Batman y Hulk que publicaron Marvel y DC. García-López sigue en activo, y a lo largo de los últimos años nos ha dejado historias maravillosas como el debut del Rey Tut en los cómics convencionales o el serial de los Metal Men que se publicó en la antología Wednesday Comics.
TERRY AUSTIN
Terry Austin es uno de los entintadores más respetados de la industria estadounidense desde mediados de los años setenta, y ha obtenido varios premios por su labor, incluido el Eagle. Empezó completando los lápices de Dick Giordano y Neal Adams, pero su gran oportunidad llegó en 1977 cuando pasó a entintar a Marshall Rogers en Detective Comics. No sería la última vez que colaborasen, ya que trabajarían juntos en una etapa del Dr. Strange de Marvel años más tarde. En la década de los ochenta, empezó a trabajar regularmente con John Byrne, cuyos lápices embelleció en su celebérrima etapa en The Uncanny X-Men de Marvel y también en Superman. En 1987, era tan conocido que DC contó con él para que dibujara la primera entrega de las aventuras de la Liga de la Justicia Internacional. En su currículo también figuran Superman Adventures, basada en la famosa serie de animación del Hombre de Acero de los años noventa, y Sonic the Hedgehog.
DICK GIORDANO
Editor, dibujante y entintador, Dick Giordano llegó a DC Comics en 1968 tras una etapa en Charlton donde había hecho amistad con diversos autores que lo acompañaron en el viaje, incluidos Dennis O’Neil y Jim Aparo. Su faceta como directivo de la editorial, casi siempre en colaboración con Jenette Kahn y Paul Levitz, dio como fruto obras maestras como Watchmen o El regreso del Caballero Oscuro. Como entintador, embelleció los lápices de Neal Adams en Green Lantern / Green Arrow: Héroes oscuros y también en muchas aventuras de Batman, por no mencionar el especial donde Superman se enfrentaba a Muhammad Ali. También entintó a George Pérez en la primera mitad de Crisis en Tierras Infinitas, y a John Byrne en Action Comics poco después. Como dibujante, una de sus principales aportaciones a la historia de DC fue Matar a una leyenda, la historia principal de Detective Comics núm. 500, donde Batman y Robin trataban de salvar a los Wayne de una realidad paralela.